viernes, 21 de agosto de 2009

VACACIONES DE VERANO PARA MÍ

Este año ya se han acabado las vacaciones, y con el verano se van al rincón de la memoria muchos retazos, muchos recuerdos de momentos inolvidables. Como en un intento de recapitulación de todo lo vivido, voy a citar los aquellas cosas que han valido la pena que, aunque se que no las olvidaré fácilmente, nunca viene mal plasmarlas por escrito, así podré volver a ellas cada vez que me sienta sobre la espalda la soledad:


BILBAO

Primera parada. Visita familiar, días que recordaré por los nervios previos al matrimonio y por los paseos que me han ayudado a redescubrir esta ciudad. Y como no, vivir otra vez la pasión de la buena mesa, del buen comer. Menú del día: Esparragos blancos en crema de espinacas con queso gratinado, ensalada tibia de bogavante, Merluza frita (a la bilbaina), solomillo a la brasa (en su punto, como tiene que ser) y de postre, un suflé de chocolate caliente. Así da gusto. Volveré pronto a Bilbao para despedir a San Mamés, la Catedral y , si puede ser, con mi gran amigo Mario como testigo del momento.


CÓRDOBA

Fue llegar a Córdoba y sentir que el calor se cuela entre tus huesos, intensamente, pero para mi ésta es una sensación agradable. Ya estoy de nuevo en casita. Álvarito cumple años y lo celebra en la terraza de su casa, en la Madalena, con los amigos, y este año me ha esperado. Primera salida nocturna y, sin duda, la más entrañable. Mis amigos de toda la vida siguen conmigo a pesar de la distancia, a pesar de todos los pesares. Eso no sólo es algo anecdótico, son las raíces bien clavadas en el corazón de mi tierra.


LA BODA

Después de tanto nerviosismo familiar, tensión, y hasta algún que otro momento desagradable, llegó por fin el día en que se casó mi hermana. El sitio elegido, un patio de Bodegas Campos. Elección inmejorable. Momento entrañable de reencuentro, de sensaciones, de emociones. Creo que es la primera vez en muchos años que veo familia y amigos todos juntos. Y sonrisas, muchas sonrisas, que son las que me llevo en la memoria. Estas son las bodas que me gustan, las bodas familiares, las bodas de mi gente. Creo que no hacen falta muchas palabras para describir un moemento como éste...


SEVILLA

Dos días acogido en Sevilla por mis queridos Álvaro y Elena en el barrio de Nervión. Y uno en Carmona por la amiga Eli. Momento para revivir historias de taberna durante una tarde calurosa que no tenía fin. La taberna como lugar de encuentro, sin tiempo, donde la prisas se quedan en la puerta al sol tórrido del verano en la campiña sevillana. Historias, mil y una historías: "niño, ¡llena, que estoy fritito!", "¡ponte otra tapita de eso que está tan "güeno" y que tienes ahí escondío!"...Risas y más risas...Comer y beber con el ritmo de quien no tiene la más mínima intención de acelerar las cosas. 5 de agosto. Es verano en el corazón de Andalucía...


PORTUGAL

El coche como único compañero, carretera, música y conducir en busca de un pequeño pueblito en la costa de Portugal. Única referencia: Cabo Sardao. Allí esperan desde el día anterior Salva y Miguel con los que, después de muchos intentos, logro ponerme de acuerdo para pasar unos días juntos. Y creo que la cosa no ha podido estar mejor. Salva, mítico Salva, tiene su escondite en este rincón perdido del Alentejo portugués y lo quiso compartir con nosotros. Creo que es uno de los sitios que más me ha impactado de todos los que he conocido últimamente, seguramente la buena compañía ayuda a tener este tipo de sensaciones. Y hemos tenido Festival de Sudoeste, y cenas infinitas con sabor a Atlántico en "A barca", y calas recónditas donde sentirse grande y pequeño a la vez...Y hemos dormido a pierna suelta, con la brisa marina resbalándose por la ventana. Quizá, éste ha sido el único sitio donde he logrado desconectarme de todo, apagar el disco duro y disfrutar con la luz del sol y el perfume del océano. Ya pienso en volver de nuevo a la cala de vacas y la calita del pueblo...


MORENTE

Por segundo año consecutivo, Morente se ha convertido en agosto en un punto de encuentro para mis amigos y mi familia, aunque este año se cayeron del cartel los hermanos y algún que otro de los buenos amigos. Mi deseo es que se vuelva a repetir por muchos años. Tener en mi casa a los amigos es para mí uno de los placeres de la vida. Me encanta cocinar para ellos con leña a fuego lento, siempre sin prisa, y dejar a un lado el reloj y que el tiempo pase a nuestra espalda. Este momento de encuentro es algo que me da fuerzas cuando aquí el tiempo pasa sin más. Los buenos recuerdos sirven para llenar los momentos vacíos. La tercera edición de este perol ya está gestándose en mi cabeza...


CÁDIZ

Después de muchos años he vuelto a Cádiz. Y mi pasión por esta provincia sigue intacto. Esta vez ha sido en una situación diferente pues iba acompañado de tres amigas milanesas Claudia, Katia y Monica, que por primera vez pisaban estos lugares con parada en Arcos de la Frontera y Conil. Buen sitio y buena compañía. Conmigo mi pasión no puede ni el levante soplando día tras día, ni el calor ni, la kalima. Estoy entregaíto. ¡Qué pena estar tan lejos! Además, ese ratito con mis niñas Elena y Ana, y sus maridos, Jose y Rafa, fue otro momento para recordar. Que sí, que me tira mucho, que se me ve el plumero, que no lo puedo esconder. Y para soñar, paseito por Cádiz capital, ciudad para vivir...


Y ya estoy de regreso a Roma, de vuelta a mi realidad, de vuelta a mi mundo. En esta ocasión, el regreso ha sido diferente pues me esperaban en casa, con la mesa puesta, mi hermano y Ángeles, que estaban terminando sus vacaciones romanas, todo un lujo.
Ahora toca soñar con las mil y una cosas que me quedan por hacer y descubrir acá. Pero eso está todo por vivir...

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