domingo, 4 de mayo de 2008

LA NUEVA CASA

He necesitado más de un mes para adaptarme a mi nueva realidad, a mi nueva casa. Después de mucho buscar, de recorrer las calles y los barrios de Roma en busca de una nueva casa, he ido a parar a un barrio próximo a la zona donde viví la primera vez en esta ciudad. La zona ni me gusta, ni me parece la más habitable de la ciudad, pero tal y como está la situación en este país, creo que la decisión no ha sido la más desacertada, al menos por el momento y mientras me lo pueda permitir. De momento, pasar casi una semana enfermo en casa me ha servido para empezar a sentirme como en casa. Es un buen primer paso.
Ayer, casualmente, viendo el telediario en la RAI emitieron unas estadísticas sobre las ciudades en las que se decía que Roma es ya la ciudad más cara de Italia, por delante de Milán, la 8ª de Europa y la 29ª del mundo. Así que cualquiera se podrá hacer una idea de cuáles son las consecuencias de vivir en una de centros de tan "prestigioso" club. A pesar de que la crisis no deja de caer como una pesada losa sobre los italianos, los precios de los alquileres se mantienen estables, por las nubes, sin que de momento se vea un cambio a corto plazo. En cualquier caso, no espero mucho del nuevo gobierno.
Por otro lado, para echar más leña al fuego, han sido colgadas en internet las listas con las declaraciones de la renta de todos los italianos. 1 de cada 2, si he escrito bien, 1 de cada 2 no declara por un importe mayor de 10000 euros. Eso quiere decir, lógicamente, que el nivel de desfalco en este país es tan asombroso que creo que no hay persona que no esté en estos momentos al margen de la ley. Aquí la evasión fiscal, demostrado, es el deporte nacional. Que paguen los tontos.
Con este panorama frente a mí no me queda otra que sonreir, mirar el circo desde la grada y beberme una cañita de vez en cuando con los amigos españoles para hacer piña.
Creo que hoy voy a probar a salir de la cueva y luchar con otro nuevo enemigo, la alergia. Pero ese es un viejo conocido con el que ya me entiendo desde hace años y supongo que sabré como hacerme respetar.