lunes, 3 de agosto de 2009

PALABRAS PARA LA BODA DE MI HERMANA

En primer lugar, quiero agradeceros a todos, familiares, amigos y, sobre todo, aquellos que habéis tenido que cruzar la Península, por estar aquí hoy con nosotros en un día tan importante como el de la boda de María Victoria y Lázaro. Papa, mamá, hermano, hoy es el día, la hermana se casa:

Cuando mi hermana y Lázaro me pidieron que dijese unas palabras en un día tan especial, me sentí verdaderamente honrado y espero estar a la altura del momento.
Me gustaría hacer una pequeña retrospectiva de la vida de mi hermana utilizando para ellos los cuatro lugares que, sin duda, son los más importantes de su vida:

Empezaré, como no puede ser de otra manera, por Córdoba. Córdoba es, simplemente, nuestra casa, nuestro punto de referencia, el lugar de partida y el lugar al que siempre volveremos.
Y tu Córdoba es la Calle Previsión, "la calleja", el Eduardo Lucena, la casa de la Plaza de Costa del Sol. Tu Córdoba son recuerdos de Mayo, sus fiestas, la familia, los amigos, los cines de verano, los sueños regados de daikiris en el Rincón Cubano, durante aquellas ferias que no tenían fin. En definitiva, mil y una historias vividas, mil y un recuerdos.

Pero Córdoba nunca ha estado sola, siempre ha estado presente Morente, nuestra segunda casa, nuestro pueblo de adopción. Para nosotros Morente tiene reservado un lugar especial en nuestro corazoncito. Nuestra infancia y juventud están impregnadas de olor a campiña, olivos, trigales y girasoles y carreras infinitas en su Paseo. Morente es el lugar de reunión familiar, los peroles de los santos, las nochebuenas y las nocheviejas, donde tantos años hemos disfrutado juntos.

Luego vino Madrid. La capital ha sido para ti la puerta a un mundo desconocido fuera de nuestro rinconcito andaluz. Te llegó la hora de buscarte la vida, coger la maleta y empezar tu vida profesional. Aún recuerdo el brillo en tus ojos las primeras veces que me hablabas de “tus niños”, de tu cole, de tu nueva vida. Te quedará para siempre en la memoria la primera vez que decidiste vivir sola en aquel apartamento de la avda de la Albufera, que se convirtió en la casa de Madrid para todos nosotros. Madrid, como a todos los que han pasado por una gran ciudad, ha sido tu escuela de vida, es el lugar que te ha servido para crecer y madurar.

Y un día me llamaste para decirme que te ibas a Bilbao. Lázaro apareció de nuevo en tu vida, renació el amor y ello te hizo tomar quizá la decisión más importante de tu vida hasta el momento. De esta etapa sólo está escrita una pequeña introducción, el resto está por escribir.
Las ciudades no son sólo aquello que puedes ver, lo físico, lo estético, son también las personas que las habitan, que es quizá lo más importante. Te conozco y estoy convencido que el Bilbao que estas viviendo te ha devuelto la sonrisa, te ha acogido con cariño y tu has sabido integrarte. Ahora ya no pasearás por la Ribera dejando atrás la Mezquita, pero a cambio disfrutarás de infinitos paseos por la ría viendo en la otra orilla “tu museo”. Bilbao ya es parte de ti. Bilbao ya es parte de tu familia, ya es parte de nosotros. Y Córdoba, pareja, será también siempre vuestra casa.

Simplemente, sólo os deseo que seáis felices y que disfrutéis cada momento de la vida allá dónde estéis.

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