jueves, 16 de julio de 2009

DESPERTAR

Ya no sabía qué escribir. Ya no fluían con naturalidad las palabras, unas detrás de otras, dando sentido a mis historias, pequeñas historias de una vida corriente en una ciudad especial. Desde hacía tiempo las historias se han ido almacenando, unas sobre la otras, en los testeros de mi memoria, siempre caótica, pero siempre en constante cambio, siempre en reforma por ampliación.
Y cuando ya casi has olvidado escribir lo que sueñas, cuando todo va dejándose de lado, a veces por pereza, a veces por tristeza, te despiertas en un fin de semana cualquiera, de cualquier verano, y te encuentras con algo que hace que todo cobre sentido de nuevo. Ese algo tiene cara, mejor dicho, caras, las diferentes caras de la amistad. Y eso si hace que valga la pena escribir.
Yo que vivo en Roma no me esperaba que fuese posible reunir un grupo de gente tan nutrido después de tanto tiempo. Ha sido algo diferente, algo sencillamente especial. Roma nos dejó marcados, no cabe duda. Y un recuerdo especial para "La Famiglia", ellos saben quiénes son.
Para intentar describir los momentos especiales, en muchos casos, sobran las palabras…