martes, 19 de junio de 2007

PROMESAS

Desde que el año pasado decidir marcharme de Córdoba una idea no dejó nunca de rondarme la cabeza: el día que el Córdoba juegue de nuevo el partido decisivo para lograr el ascenso yo estaré allí para vivirlo. Era como una promesa a mí mismo. Ayer, mientras miraba correos y charlaba con los amigos y la familia, no me pude contener y, a pesar de estar más tieso que una regla, he decidido que las promesas están para cumplirlas. ¿Por qué no voy a ser partícipe de mi sueño? No te preocupes Córdoba, que allí estaré...

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